Luego de una temporada opaca para el Inter de Milan, era momento de levantarse y empezar de cero, eso implicaba reforzarse de buena forma para tomar ventaja sobre el campeón y esta vez no dejarla escapar, eso sumado a iniciar con pie derecho la Serie A. Es así que el equipo de Simone Inzaghi debía visitar el Stadio Via del Mare en lo que sería un partido muy especial para el cuadro local.
Lecce era el conjunto que los recibía, en un ambiente de alegría al disfrutar su primer partido de vuelta en la primera división tras dos temporadas en la Serie B y no pensaban hacer de meros espectadores del debut ´Nerazzurri´ en liga. A pesar de las nobles intenciones, el subcampeón se hizo presente de forma inmediata con un gol de cabeza del retornante Romelu Lukaku para hacer sentir su regreso de la mejor forma a los 2´ de juego.
El rendimiento del Inter se puede considerar como uno bastante irregular en el último año, no había mucho convencimiento en la idea de Inzaghi y el fracaso en Liga y Champions hizo el proceso menos digerible. Por ello un gol inmediato podría hacer sentir que este equipo demostraba una nueva energía, lamentablemente eso fue decayendo con el correr de los minutos, sumado a una polémica jugada donde el arbitro no cobró falta sobre Lautaro Martínez, pero aun así le sacó amarilla al «infractor» Baschirotto.
Con partido roto en cuanto al arbitraje, las oportunidades entre ambos conjuntos fueron bastante igualadas a pesar que el Inter mantuvo gran posesión de la pelota, así fue como el primer tiempo terminó sin mayores sobresaltos con la ventaja visitante. En el complemento llegó la sorpresa con Assan Ceesay para marcar el empate apenas iniciado la segunda parte a los 48´, dejando todo por jugar y un Inzaghi que poco a poco caería en la desesperación.
A medida que avanzaban los minutos, los delanteros ingresaban e ingresaban, llegando a tener a Correa, Martínez, Lukaku y Džeko en la cancha al mismo tiempo, dejando de lado la estrategia y solo apuntando a la victoria de cualquier forma, todo mientras el Lecce se dedicaba a defender el empate y esperar alguna contra. Se acercaba el final del partido y parecía que estaba al caer el gol visitante, pero los errores seguían y tendría que llegar el último minuto para desatar la locura.
Denzel Dumfries llegó para pegarle con el cuerpo tras un tiro de esquina en el 95´ para explotar el banco y los jugadores en cancha en una celebración casi de campeonato, la última jugada del partido le dio el triunfo al Inter que parecía verla negras en su debut liguero. Una clara conclusión es que el equipo no está tan solido como se podría pensar y eso es trabajo para Inzaghi que tendrá que mejorar con el correr de la temporada.
Redacción: Roberto Benavides
