No hay un discurso que pueda suavizar la dura realidad que se vivió esta noche en Mainz. La selección peruana no tuvo un papel destacado contra un equipo de jerarquía internacional como es Alemania, la cual viene en reconstrucción luego una hecatombe en Qatar. Sin lograr rematar al arco en 90 minutos, el cuadro nacional cayó por dos tantos en un encuentro donde no tuvo precisión y una defensa bastante endeble, nada alentador.
Desde ya la formación inicial daba dudas por sobre lo que veríamos en el partido, una lineal de cinco experimentada por Juan Reynoso, la cual no es una mala idea en teoría, pero la no convicción de mantenerte con esa idea fue causante de la derrota eventual, porque Renato Tapia fue el encargado de ser el tercer central y no le fue nada bien. Inició el partido retrasado y terminó en un intento de creador de juego, porque jugamos en el centro de la cancha con tres mediocentros defensivos.
Sin un creador de juego nato y demasiada elaboración para llegar al área, los intentos de generar situaciones no se concluyeron, teniendo como resultado que Raúl Ruidiaz nuevamente tuvo una noche para el olvido, sin una sola oportunidad de remate. No hubo alguna oportunidad de peligro a Marc-André ter Stegen, todo lo contrario a Pedro Gallese, quien a pesar de la eventual derrota fue clave en varias situaciones, pero un portero no puede solo.
Fueron dos llegadas vertiginosas las cuales superaron la endeble linea de cinco para anotar el primer tanto a los 12´ por medio de Niclas Füllkrug, las llegadas empezaron a llegar mucho más y Gallese salvó más de una situación, aun así la debacle llegaría luego. Otro tanto de Füllkrug a los 33´ liquidaría la historia muy temprano en el juego, Perú no cometió ninguna falta o remate en 45 minutos y se sentía una necesidad total de cambio en este partido.
El complemento tuvo la sustitución de Ruidiaz por Gianluca Lapadula y hubo una diferencia al menos en la generación de juego, con un ‘9’ generando mayor incomodidad en la defensa germana, Perú lamentablemente no tuvo un solo disparo a pesar de los cambios, usando a Carrillo como un ´10´ de repuesto. El resultado se mantuvo y Alemania bajó un cambio en el segundo tiempo, incluso así hubo un penal donde Kai Havertz erró al pegarle al palo, eso fue todo.
A la conclusión del encuentro quedaron claras algunas cosas, la linea de cinco debe ser ajustada y si ese es el futuro de nuestra selección, hay que colocar a tres centrales y no dos con uno mixto, porque la confusión termina perjudicando a todos. Será interesante saber la siguiente alineación en el partido del martes contra Marruecos, un momento delicado porque el tiempo va a contra reloj y sin encontrar una idea, las eliminatorias llegarán y podría acabar muy mal.
Redacción: Roberto Andrés Benavides
