La llegada de Reinier lo convierte en el doceavo brasileño en las filas del Borussia Dortmund
El Borussia Dortmund confirmó la incorporación del centrocampista brasileño Reinier Jesus cedido del Real Madrid, y con eso se convierte en el doceavo futbolista de esta nacionalidad que vestirá la camiseta aurinegra en la historia.
Con tan solo 18 años y con pocas posibilidades de tener minutos en la casa blanca, el jugador sudamericano optó por trasladarse temporalmente al oeste de Alemania para ganar experiencia en un club que sabe potenciar a los jóvenes que llegan a sus filas.
Julio César, el primer legionario
Con 31 años, un mundial disputado y títulos en Francia e Italia, Julio César da Silva arribó al Westfalenstadion para la temporada 1994-95 y se convirtió pieza fundamental como defensa en el equipo que Ottmar Hitzfeld llevó a conquistar la Bundesliga (95 y 96) y a ganar la Champions League (1996-97). Estuvo hasta 1999 y se retiraría en el 2001 jugando para Río Branco.
Al defensor le siguió Dedé, quien llegó en 1998 y no se fue hasta 2011, convirtiéndose en un ídolo del muro amarillo. En ese equipo de fines de los noventa e inicios del nuevo milenio se sumaron Evanilson (1999-2005), Marcio Amoroso y Leandro (2001-2004) y Ewerthon (2001-2005) como jugadores que ganaron la liga en la 2001-02 y el subcampeonato de la Copa UEFA de esa misma temporada.
Cuando la crisis financiera tocó las arcas del club, los brasileños no dejaron de aterrizar en Dortmund. El primero fue Flávio Conceição (2003-04), Thiago (2004-05) y Tinga (2006-10).
La llegada de Jürgen Klopp también significó la continuidad de fichajes de esta nacionalidad. Felipe Santana (2008-2013) se convirtió en un revulsivo y recordado por anotar el 3-2 en aquel agónico partido de Champions ante el Málaga. El otro fue Antonio Da Silva (2010-12), veterano que ayudó en los títulos de liga y DFB Pokal.
Ahora, Reinier llega igual que lo hizo Hakimi. Cedido por dos cursos y sin opción de compra. Pero después de nueve años los hinchas borussen podrán ver la magia que solo los brasileños saben desplegar.
Por: Franco Tucto