Supercopa de Italia: Andrea Pirlo consigue su primer título como entrenador de la Juventus

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En un partido muy parejo, a falta de 25′ para el final, Cristiano enrumbó la victoria de la Vecchia Signora en Reggio Emilia, y logró su gol número 760, proclamándose como el máximo artillero en la historia del fútbol.

Los Juventus-Napoli no son encuentros cualquiera, son clásicos por excelencia que grafican de forma extraordinaria la intensa rivalidad entre el Sur y el Norte de Italia. Mucho más, si en disputa estaba una final: la Supercoppa italiana. Tras dos ediciones en Arabia Saudí, esta competencia cumplía 32 años, y que mejor manera que regresando a suelo italiano.

El partido tenía en la previa varios condimentos para sazonar una final con polémica: El enfrentamiento entre dos amigos y campeones con el AC Milan y la Nazzionale, el mal momento de la Juve en liga, y el partido de la ‘polémica’ -que nunca se jugó por que el Napoli no pudo viajar a Torino-.

Mediocampo campeón de Champions (2003-07) y del Mundo (2006).

La primera parte fue, literalmente, mala. Sin juego, con escasas ocasiones y con pocos detalles que rescatar. La ocasión más clara la tuvo el ‘Chucky’ Lozano, con un remate de cabeza que paró como un gato, una de las figuras de la final: el polaco Szczésny en el 28′.

En la segunda etapa, el partido tuvo el ritmo y nivel de un clásico, la superioridad de los bianconeri fue manifiesta, en juego y en ocasiones. Así hasta que Cristiano, en el 64′, aprovechó un rebote de Koulibaly tras un córner para marcar de media vuelta. Era el 1-0… y el gol número 20 de la temporada de CR7 en todos los torneos. Además, con este tanto superó a Bican (759 goles), como máximo goleador de todos los tiempos.

Catorce minutos después vendría la jugada clave del partido. Lorenzo Insigne, el capitán y máximo referente del club napolitano, tras la intervención del VAR erró el empate de penal, mandando el balón afuera, Chiellini, baluarte en la defensa juventina y Szczésny, festejaron la acción como si fueran pitonisos… la novena Supercoppa se iba para Turín.

El acto final, ergo, los últimos diez minutos (cinco de descuento) fueron de película de terror para Pirlo. El conjunto de Gattuso se fue con todo al empate, pero las extraordinarias paradas del potero eslavo fueron determinantes. La otra figura de la final, Cuadrado, fue determinante para el segundo gol bianconero.

Insigne falló de penal el empate. Getty

Tras el último ataque desesperado de los napolitanos una furibunda contra protagonizada por el colombiano terminó en gol de Morata. Merecido título de la Vecchia Signora que hizo el mayor desgaste a lo largo de los 95 minutos de juego.