Ya es un hecho lo que se venia diciendo hace una semana, tras la muerte del ‘Pelusa’ el pasado miércoles por culpa de un paro cardíaco. El Ayuntamiento de la ciudad de Nápoles, dueño del ahora antiguo San Paolo, decidió cambiar el nombre del coloso por la del nombre del mítico número ’10’.
Este viernes el alcalde de la ciudad, Luigi de Magistris, ha comunicado más temprano que el Municipio ha deliberado el cambio de nombre del estadio en honor al enorme legado del Diego en el Calcio y en el mundo del fútbol: «Maradona demostró que es posible levantarse y triunfar, llevando un mensaje de esperanza y belleza para toda la ciudad, que se identificó en él, siempre en el lado de los más débiles y de la gente común».
En la misiva se informa además que el argentino es un ciudadano de honor de Napolés desde 2017: «Diego luchó en contra de las discriminaciones hacia los napolitanos y se convirtió en ídolo en una ciudad que le perdonó también su debilidades y fragilidad, Nadie como él se juntó de manera tan completa al cuerpo y alma de Nápoles, de la que fue un verdadero hijo», afirmó el alcalde.
El estreno del nuevo nombre del equipo partenopei, ‘Estadio Diego Armando Maradona’, se estrenará el próximo 10 de diciembre en el partido de Europa League contra la Real Sociedad. Lo que aún está sin confirmar, es la fecha para su reinauguración para el público napolitano. La razón, la bendita pandemia del coronavirus.
La decisión fue aprobada por unanimidad por el Ayuntamiento napolitano. Sin embargo, no ha sido recibida con entusiasmo por el cien por ciento de la comunidad, ya que un grupo de sacerdotes escribió una carta al arzobispo Crescenzio Sepe de la ciudad italiana pidiendo oponerse a la decisión de renombrar el San Paolo. Así lo informó el diario Il Mattino.
«El Estadio San Paolo debería llevar el nombre del santo que nos trajo a Jesús. Con humildad sentimos la responsabilidad de decírtelo. Todos estamos de acuerdo en una cosa: no queremos borrón y cuenta nueva. Estaría bien nombrar el Estadio San Paolo-Maradona; como en Milán, donde está el San Siro-Meazza. Sería el compromiso correcto para salvar la fe y honrar al campeón», reza el escrito. No obstante ya no hay vuelta atrás.