Ambos jugadores rompieron las normas del protocolo de sanidad al hacer ingresar a dos mujeres islandesas al hotel de concentración de Inglaterra.
Los jugadores más jóvenes del seleccionado inglés: Phil Foden y Mason Greenwood, joyas de sus equipos (Manchester United y City), están en el ojo de la tormenta tras publicar el Daily Mail, que rompieron las reglas de cuarentena del equipo y fueron desconvocados para el partido frente a Dinamarca, por el entrenador Gareth Southgate.
Ante esto, el técnico británico se pronunció sobre el escándalo ante los medios: «Desafortunadamente, esta mañana llamó mi atención que dos chicos han roto el protocolo contra el coronavirus, por lo que decidimos rápidamente que no podían tener contacto con el equipo. No podrán viajar ni entrenar y según el procedimiento, ahora tienen que volver a Inglaterra de forma individual».
Para finalizar, comentó que no hubo contacto entre los otros seleccionados con los sancionados: «Han sido ingenuos… reconozco su edad, pero el mundo entero está lidiando contra esta pandemia«.
Por tanto, la FA (Asociación Inglesa de Fútbol) está al tanto de una posible sanción para los jugadores en cuestión. El pasado sábado, Foden había sido titular en la victoria ante Islandia, mientras que Greenwood debutaba entrando como suplente al minuto 78, sustituyendo a Harry Kane.
Más casos de indisciplina
En noviembre del año pasado, Raheem Sterling y Joe Gomez, tuvieron un encontronazo en un entrenamiento. Por esto, el primero fue separado para el partido contra Serbia por Southgate. Según medios ingleses, el delantero cogió por el cuello al futbolista del Liverpool y le dijo: «¿Sigues siendo el tipo grande?».
Otro caso de indisciplina es el que protagonizó el capitán del Aston Villa, Jack Grealish, en plena cuarentena. El volante de 24 años decidió romper el aislamiento para ir a una fiesta. Como si fuese poco, cuando regresaba a su domicilio, estrelló su Range Rover (valuado en 78.000 euros) contra varios autos que estaban estacionados en la calle.
El caso más reciente fue el del defensor más caro de la historia, Harry Maguire en Grecia, al ser detenido y declararse culpable por resistirse a la autoridad e intentar sobornar a la policía griega. El capitán del Manchester United, fue condenado a 21 meses y 13 días de prisión suspendida.