El cuadro dirigido por Ronald Koeman fue ampliamente superior y ya está en la final del torneo: mientras que los visitantes apostaron todo el partido a defender la ventaja obtenida la ida.
Luego de igualar la llave en los 90 minutos, el Barcelona goleó 3-0 al Sevilla en el Camp Nou y ya está en gran final de la Copa del Rey. Dembélé, Piqué y Braithwaithe le dieron la clasificación a los culés.
Como era de esperarse quienes tomaron el protagonismo del encuentro desde el arranque fueron los dirigidos por Ronald Koeman. Pues tenían la imperiosa necesidad de darle vuelta al resultado adverso obtenido en la ida (0-2).
En ese sentido salieron con todo su potencial donde De Jong, Jordi Alba, Lionel Messi y Dembélé, eran sus mejores hombres -el mosquito’ se jugó un partidazo y fue e mejor en os 90′-. Es por ello, que durante los primeros 15 minutos tomaron el control del balón jugando a ras de piso y haciendo jugadas colectivas para dañar el pórtico de Tomas Vaclik.
Justamente es que así vendría el primer tanto al minuto 12 por obra del atacante francés, quien abriría la cuenta, luego de una buena jugada individual que descolocó a la zaga rival y de potente tiro la mandó a guardar.
Tras ello, los culés no se conformaron y siguieron atacando, donde a través de remates a puerta y desde larga distancia buscaban anotar el segundo tanto. Mientras que la visita, por su parte, solo jugaban a esperar en campo propio y de contraataque inquietar el pórtico de Ter Stegen.
Así es que entonces entrabamos a la primera media hora de juego con ventaja para los locales, que tenían el objetivo de anotar un par de goles más para avanzar. Es así que la incesante intensidad que metían en el juego, era de presagiar que vendría un tanto más en su feudo.
Sin embargo, corrían los minutos y los de Julen Lopetegui poco a poco iban reaccionando hasta que empezó a disputarle el balón en mitad de cancha. Donde el tridente de ataque conformado por En Nesyri, De Jong y Suso ponía en aprietos a la zaga contraria.
A los 37 minutos, el árbitro del partido amonestaría a Fernando por fuerte infracción a un contrincante. En ese transcurso jugaríamos los minutos finales de la etapa inicial con ventaja a favor para los blaugranas.
Ahí es donde, al no suscitarse más chances de gol, el juez hace sonar su silbato para decirnos que nos vamos al descanso de los primeros 45 minutos.
Para la etapa complementaria era el todo o nada para los culés, es por ello que salieron con la misma intensidad de la primera parte. Teniendo el manejo de pelota y haciendo pases cortos para habilitar a los de arriba, era la mejor arma para dañar.
Sin embargo la visita quería contrarrestar los ataques incesantes de los locales, es así que entonces el técnico Julen Lopetegui decide meter toda la carne en el asador al hacer ingresar a Iván Rakitic, Karim Rekik y Jesús Navas, que buscaban emparejar la cuenta.
En ese sentido ya jugábamos el minuto 60 y el encuentro se empezaba a hacerse parejo y disputar en medio campo, y que ambos equipo al tener jugadores de buen pie trataban de manejar el esférico.
Este resultado momentáneo lógicamente dejaba fuera a los blaugranas, por eso intensificaban energías para tratar de aumentar el marcador, pero la férrea defensa de la visita no permitió que así sea, los hispalenses se dedicaron a defender graníticamente todo el encuentro.
Siguiendo con las incidencias del juego, eran turno de unas variantes más donde Lucas Ocampos ingresaría en el Sevilla, mientras que Antoinne Griezmann lo hacía en los locales. Ambos elencos se jugaban mucho en ese momento para el pase a la siguiente fase.
Pero las llegadas de peligro se seguían dando en ambas porteros, sin embargo la poca eficacia de los delanteros diluyó las situaciones de gol. Asimismo, a los 67 minutos, Oscar Mingueza seria amonestado tras cometer una falta antideportiva.
Así transcurría el tiempo y nos jugábamos los últimos 20 minutos, donde en ese transcurso los visitantes aguantaban ese resultado que los mantenía con vida en la competición.
Una penal que pudo cambiar la serie
A los 72 minutos se le presentaría una inmejorable situación a la visita, cuando Lucas Ocampos, quien había ingresado minutos antes, desperdiciaría un penal al mandar su tiro muy débil a las manos de Ter Stegen. Muy previsible fue su disparo.
Al minuto 78 se alistaba una variante en los locales con el ingreso de Ilaix Moriba, que lo hacía por Sergio Busquets. Mientras que en la visita hacia su ingreso el ‘Papú’ Gómez para manejar el resultado.
En ello ya prácticamente jugábamos la recta final del encuentro y se mantenía el triunfo parcial para los dueños de casa. A pesar que tenían el manejo de pelota no fueron capaces de vulnerar el arco rival, lo que las llegadas de peligro sean solo situaciones pasajeras.
Un par de variantes más a los 89 con los ingresos de Braithwaithe y Trincao generó sorpresivamente que llegue el gol de la salvación para los culés a través de Piqué quien la añadiría en los descuentos, minutos después de que Fernando se vaya expulsado. Así se irían al tiempo extra, con todo en contra para los andaluces.
Desde el minuto uno de la prorroga se vio que ese gol de Piqué era algo más que el 2-0. Tal y como pasó en la eliminatoria ante el Granada, el Barça se creció y terminó pasando por encima de su rival. Braithwaite hizo el 3-0 en el minuto 95 y aunque el Sevilla seguía a un gol de la gloria, su suerte estaba echada. Ni siquiera la tuvo cuando una mano de Lenglet pudo haber sido el segundo penalti de la noche -debió pitarse penal-. Pero el colegiado Sanchéz Martinez decidió ser localista.
La Liga no está nada fácil para los catalanes, la Champions es casi imposible y la Copa era la manera más sencilla de salvar la temporada. Pues ahí lo tienen. A sólo un partido Koeman y Messi pueden salvar una campaña que arrancó mal y acabará…
Redacción: Michael Monzón Carpio