Así lo ha anunciado la prensa argentina. El ‘Pelusa’ falleció de un paro respiratorio en la mañana de hoy en su casa del barrio San Andrés, en la localidad de Tigre.
El fútbol esta de luto. Ha muerto D10S, después de tantas batallas en el gramado y por su salud. El campeón del mundo con la Selección Argentina se descompensó en la mañana de este miércoles en la casa del barrio San Andrés, en el distrito bonaerense de Tigre, donde vivía desde hacía algunos días luego de haber sido operado de la cabeza. El 30 de octubre había cumplido 60 años.
La figura del ‘Pelusa‘ encierra al ícono absoluto del Mundial del 86, de los políticamente incorrectos, y los renegados de la vida. Maradona, es un personaje sui géneris, que engloba la bipolaridad como un dogma de fe -o lo amas, o lo odias-; sin medias tintas. Ahora a sus 60 años ha dejado de existir, el padre, el hijo, el hermano. El ícono y leyenda. El fútbol no ha muerto, pero está en coma, por la falta prematura de su máximo exponente.
Fue un mago dentro y fuera de la cancha. Eludió a punta de gambetas a sus rivales, y también, a la muerte. Hasta que lamentablemente le llegó su hora. Lo adelantó su médico de cabecera por 30 años, Alfredo Cahe.
«Así como esta Diego, es inmanejable. Está como cuando yo lo llevé a Cuba. Se tiene que alejar del alcohol. Es difícil porque cambió la droga por el alcohol, y se va deteriorando cada vez más. Hay que tomar el toro por las astas y ponernos firme», fue un anunció de hace apenas tres semanas, que terminó fatídicamente con la vida del eterno capitán de la albiceleste.
Diego cambió la droga por el alcohol»
Alfredo Cahe.
El entrenador de Gimnasia y Esgrima de La Plata estuvo a principios de noviembre diez días internado en una clínica de Buenos Aires por anemia, deshidratación y con un «bajón anímico», pero al hacerle chequeos se le diagnosticó un hematoma subdural en la cabeza por el que fue operado. Luego, el eterno ’10’ tuvo «algunos episodios de confusión que los médicos «asociaron» a un cuadro de abstinencia, por el alcoholismo que sufría el ‘Pelusa’.
Hasta siempre, Campeón del Mundo, irreverente y rebelde por antonomasia. «La pelota no se mancha», pero sí los ojos de millones de fanáticos por las lagrimas que ahora se derraman en todo el mundo por tu abrupta partida.