Ayrton Senna: un legado de 30 años tras su partida

Se cumplen tres décadas del accidente que acabó con la vida de 'O chefe' en el GP de Imola.
30 años sin Ayrton Senna.
Franco Tucto Delgado

Franco Tucto Delgado

Este 1 de mayo se conmemora un año más del fatídico accidente en el Gran Premio de San Marino (o Imola) que acabó con la vida de uno de los más grandes pilotos de Fórmula 1 de la historia. Ayrton Senna dejó este mundo hace tres décadas, pero su partida dejó una lección a la FIA que a partir de ese momento cambió los conceptos de seguridad en los circuitos.

La muerte del brasileño no fue lo único que marcó ese Gran Premio, debido a que dos días antes en los entrenamientos libres su compatriota Rubens Barrichello se dio contra las barreras tras perder el control en la variante Bassa a unos 225 kmph.

Esto se dio porque su Jordan-Hart se dio contra los pianos y despegó del suelo. Barrichello narró lo que vivió en ese momento. «Morí durante seis minutos. Me apagué totalmente en el acto. Fue un impacto de 90G, 90 veces por 72 kilos. En el golpe me tragué la lengua». Pese a la magnitud, solo sufrió una dislocación en una costilla y fractura de nariz

La ‘advertencia’ que Senna ignoró

Un días después, el circuito Enzo e Dino Ferrari vería la primera tragedia mortal del fin de semana. Roland Ratzenberger, que en ese momento corría para Simtek, escudería que debutaba esa temporada en la Fórmula 1 al igual que el austriaco.

Cuando salió a pista para su vuelta rápida, el alerón frontal de su monoplaza se desprendió y esto hizo que se vaya directo a las barreras en la curva Villeneueve a más de 300 kmph. Su bólido paró en la curva Tosa con el cuerpo del piloto inerte. Pese a la asistencia que se le dio, se declaró su muerte in situ.

El accidente de Ratzenberger fue premonitorio para Senna. (Foto: Getty Images)

Al día siguiente, la luz de Senna también se apagaría. Tras conseguir la pole position y pelear por la victoria con un todavía joven Michael Schumacher, el brasileño sufriría un fallo mecánico que terminó por ser mortal.

Ese día, el rostro del tricampeón no mostraba mucho entusiasmo. El médico de la F1, Sid Watkins, amigo de Senna, le pidió que no corriese. «No corras, vamos a pescar», le dijo. El brasileño también había llamado a su novia de ese entonces Adriana Galisteu, quien señaló que le dijo que tenía un mal presentimiento para esa carrera.

Finalmente, decidió competir y tras las luces apagadas, una convulsionada largada obligó a la salida del safety car y al reanudarse la carrera, el paulista seguía al frente, pero en la vuelta 7 al llegar a Tamburello, por ese entonces, todavía una curva, su carro se fue de largo a 300 kmph y dejó la imborrable imagen de su accidente. Abordo de su Williams inconsciente, la ayuda llegó de inmediato, pero el pronóstico era desalentador.

A las 18:11 horas de Italia, la doctora María Teresa Fiandri confirmaba el deceso del brasileño en el Hospital Maggiore de Bologna. Sobre su muerte se postularon varias hipótesis, pero ninguna ha sido dada por válida, aunque la más aceptada es una ruptura en la barra de dirección.

Se marchó de este mundo con 41 victorias, 65 poles y 80 podios. Ganó tres Mundiales de Pilotos con McLaren (1988, 1990 y 1991).

Cambios en la seguridad

La muerte de Senna le dio una lección a la FIA sobre los reglamentos de seguridad, algo por lo que el paulista siempre luchó. Uno de los cambios que se aplicaron fue evitar los sectores críticos de velocidad, que provocan más zonas de frenado y menos de sobrepaso. Se mejoró también la composición del asfalto para asegurar el agarre de los neumáticos en pista.

En los circuitos se implementaron barreras con llantas agrupadas en grupos de tres y cinco, además de colocar una barrera de goma delante. Esto reemplazó las barandillas de fierro. A las escapatorias se les cambió la leca por el asfalto en sobre pista.

Los cascos de fibra de carbono fueron mejorados y se creó el sistema HANS, el dispositivo que se coloca entre los hombros, el cuello y la cabeza que mantiene firme al piloto en caso de sufrir un violento accidente. La cabina también se reforzó para que soporte los impactos.

Estos y otras mejoras se han aplicado con los años para evitar más muertes en los circuitos. Si bien la de Senna no fue la última, debido a que Jules Bianchi perdió la vida en Suzuka en 2014, los protocolos y sistemas de seguridad se siguen mejorando con el pasar de los años.