Hace exactamente tres años, el Club Alianza Lima atravesó uno de los episodios más oscuros en su historia futbolística: el descenso a la Segunda División del fútbol peruano. El 28 de noviembre de 2020 quedará grabado en la memoria colectiva de los aficionados aliancistas como el día en que el equipo tocó fondo tras una temporada marcada por altibajos y desaciertos.
La fatídica fecha se selló con una dura derrota ante Sport Huancayo en el Estadio Nacional, un partido que se disputó a puertas cerradas, sumiendo en el silencio y la tristeza a la afición íntima. El dolor y la desazón se apoderaron del entorno, marcando el inicio de un periodo oscuro para el equipo blanquiazul.
El descenso no fue solo el resultado de un partido, sino la culminación de una temporada plagada de malas decisiones y problemas internos. La gestión deportiva, marcada por fichajes cuestionables y una dirección técnica tambaleante, contribuyó al declive del rendimiento del equipo.
Las tensiones internas, la salida de jugadores claves en plena temporada, los ‘ampays’ y rumores de juergas entre algunos jugadores afectaron la armonía del vestuario, desviando la atención del objetivo primordial: el desempeño deportivo. La falta de compromiso y profesionalismo dejó una brecha entre la afición y el equipo, generando un distanciamiento que profundizó la crisis.
Los resultados adversos en el campo de juego reflejaron el desorden y la falta de cohesión dentro del equipo. La afición blanquiazul, fiel y apasionada, presenció con desazón cómo su equipo, conocido por su grandeza histórica, caía a la Segunda División, un golpe que resonaría durante mucho tiempo en la historia del club victoriano.
El TAS salvó a Alianza
Aunque la disputa por el ascenso parecía ser el camino a recorrer en la Segunda División, una resolución del TAS devolvió la categoría a Alianza Lima, revocando el descenso oficial. Este giro inesperado no empañó la memoria del sufrimiento vivido, evidenciando el desafortunado manejo institucional que desencadenó aquel nefasto episodio.
El año 2021 se erigió como un renacer para el equipo victoriano. A pesar de no haber necesitado disputar encuentros en la Segunda División, el desafío de recuperar la gloria perdida estaba latente. Con un equipo comprometido y movido por el anhelo de reivindicarse, Alianza Lima sin haber realizado una pretemporada se coronó campeón de la Liga 1. El logro se hizo aún más significativo al conseguir el título en la misma fecha en la que el año anterior había sufrido la caída al abismo futbolístico.
Redactado por: Flavio Vásquez Peralta
